Imagínese tres hermosos tomates rojos distribuidos en una mesa de madera esperando a que usted se los coma. Cada uno de estos tomates ha venido de una fuente distinta: ¿puede saber cuál es el que ha sido cultivado de manera orgánica?

Dos de los tomates fueron amorosamente criados en patios, uno en un jardín convencional y otro en un jardín orgánico. El tercer tomate vino del supermercado, y será muy fácil que usted le reconozca.
El tomate del supermercado tiene un color pálido y la forma y tamaño de una pelota de tenis. Criado para ser empacado, mandado y guardado, este tomate fue cosechado cuando todavía estaba verde y ha viajado miles de kilómetros desde la granja a la tienda sólo para sentarse en un estante por semanas, sin perder apariencia debido a todo el maltrato.
Separemos este tomate. Definitivamente no ha sido criado de manera orgánica.
Quedan dos. Para hacer el juego más divertido, los dos son de la misma variedad de tomates, digamos de corte ancho. Con su color rojo brillante, recién fueron recogidos y todavía están cálidos del sol de la tarde.
No será tan fácil podrán notar la diferencia entre ellos, tendremos que literalmente ver más allá de la superficie. La calidad del suelo en donde fueron criados es el elemento clave para poder nombrar al ganador de este juego: los tomates convencionales contra los tomates orgánicos.
Los químicos de los fertilizantes utilizados en los jardines convencionales en verdad disminuyen la salud del suelo. Los microbios que son necesarios para poder hacer que los nutrientes del suelo estén disponibles para las plantas son asesinados.
El suelo muerto requiere más dosis de fertilizante convencional e igual las plantas quedan mal nutridas, cayendo presas de insectos y enfermedades. Aquí es cuando entran los pesticidas mortales, rociados sobre las plantas.
Ahora el juego se está poniendo un poco más serio. Esperemos que uno de nuestros tomates haya sido lavado cuidadosamente antes de ser servido, ya que ha sido rociado con veneno.
Por otro lado, los tomates criados orgánicamente también han tenido a los fertilizantes aplicados sobre ellos, pero este fertilizante ha sido hecho de sustancias naturales como hueso picado, emulsión de pescado y fosfato de roca. Estas adiciones alimentaron al suelo y no dañaron a los microbios eficientes que hacen que los nutrientes estén disponibles para el uso de las plantas.
Los pesticidas probablemente no fueron necesarios debido a que una planta saludable produce sus propios químicos resistentes a las pestes. Pero si hubiera pestes, el jardinero orgánico podría haber utilizado una mezcla casera de ajo y pimienta o algo similar que no sea tóxico para los humanos.
Existen algunas técnicas adicionales para el jardinero orgánico que probablemente se habrán usado, como agregar una cubierta de distintos materiales orgánicos para que los microbios y los gusanos puedan comer luego de que se descomponga. Éste proceso resulta en un suelo estructurado que mantiene la humedad y permite que las raíces respiren.
Pero hasta si no existe la mejora del suelo por el uso de un mantillo, es bastante claro cuál tomate es mejor para la salud: el único nutriente que puede ser encontrado en la fruta tiene que venir de lo que ha estado disponible en el suelo. Los tomates cultivados orgánicamente proveen una mejor nutrición.
Lo que no me queda claro es cuál tomate es mejor en su sabor. Se puede realizar una prueba para comprobar los valores ácidos y azucarados, pero esa no es la cuestión. Tanto los tomates convencionales como los criados orgánicamente son mucho mejores en su sabor que los tomates encontrados en la mayoría de los supermercados.
La pregunta original en este juego de tomates es si puede descubrir cuál de estos tomates jugosos sobre la mesa de corte es el orgánico. Al final son difíciles de distinguir a la vista y hasta al sabor.
Así que, ¿cuál es el gran problema? Principalmente tiene que ver con la sostenibilidad. La cosecha convencional destruye eventualmente al suelo. Mientras que la cosecha orgánica tiene técnicas que de hecho mejoran y construyen un mejor suelo.
Al final, los tomates nutritivos orgánicos contribuyen más a su salud y preparan un suelo que es mejor para las distintas cosechas que vendrán en el futuro.