Los colores son una parte muy importante de la decoración de baños y cocinas, ya que los mismos juegan un rol importante en cómo estos ambientes afectan nuestros estados de ánimo.

Una combinación de colores en su cocina que combina y realza la decoración de la misma, puede hacerla lucir con más vida y atractiva. Sin embargo, si se eligen los colores equivocados, esto puede arruinar su decoración.
Los colores de una habitación puede afectar el estado de ánimo de las personas que se encuentran en ésta. Por ejemplo, los estudios han demostrado que una cocina de color rojo puede acelerar el ritmo de la respiración así como incrementar el apetito. El amarillo, en especial los tonos suaves, pueden hacer que la gente se sienta más alegre. El amarillo brillante llama la atención y le da luminosidad a su cocina. Usted también puede usar los colores para hacer que si cocina parezca más grande o más chica.
Con el auge de los colores en las cocinas, muchos fabricantes de pisos, mobiliarios y gabinetes par las mismas, están ofreciendo cada vez más opciones y variedad de colores. Los mejores colores para su cocina son los que se hayan en las gamas del marrón, durazno, amarillo, rosa y azul.
Algunos colores para cocina han ido y venido a lo largo de los años según la moda. Otros, sin embargo, parecen mantener su popularidad en el tiempo.
El blanco para la cocina sigue siendo una opción popular porque le da a la misma un aspecto limpio y prolijo. Por otro lado, la desventaja que tiene es que puede hacer que la misma luzca más fría. Es por eso que por lo general el blanco va acompañado de otro color como el azul. A su vez, pisos de roble, adornos y cortinas pueden ayudar a que la misma luzca más cálida. Se recomienda elegir un color de base y luego uno o dos más para los detalles y acentos.
Con los consejos que le ofrecemos a continuación, usted podrá elegir con confianza casi cualquier color para su cocina siempre y cuando lo adapte a uno de los siguientes esquemas:
Una buena idea a la hora de elegir los colores, es elegir tres y utilizarlos con distintos porcentajes. Por ejemplo, uno principal que represente el 60% (paredes, gabinetes), otro en un 30% ya sea en pisos, alfombras y ventanas y otro en un 10% para los acentos más pequeños en platos, adornos, almohadones, etc.
Los esquemas monocromáticos se basan en un solo color. Para crear más variedades, lo que se hace es utilizar las distintas gamas de se color. Los esquemas de colores complementarios utilizan dos colores opuestos en la paleta de colores. Este esquema resulta intenso y le da un toque más dramático así como energético a su decoración.
Los esquemas de colores análogos incluyen tres gamas de colores adyacentes en la escala cromática que se los combina con colores fríos o cálidos. Por ejemplo amarillo con verde, azul con violeta o rojo con naranja. Las cocinas no suelen ser el lugar donde más se utiliza este esquema. El mismo puede que funcione mejor en otras áreas más informales de la casa como salas de estar o dormitorios.
Los colores neutrales pueden ser el negro, blanco, gris, crema y tonos de ocre. La ventaja de estos es que se los puede combinar con casi cualquier otro color que los realce. Dado que los gabinetes son la parte que representan el mayor costo de inversión, lo mejor es elegirlo en un color neutro y luego jugar con los colores de las paredes y los adornos. Lo mismo aplica para los pisos y mesadas.
Un buen esquema de decoración puede ser aquel que busca emular las formas y colores de la naturaleza, como el azul cielo o las variedades de marrón y verde de la tierra o amarillo clarito por la luz. La iluminación por su parte, puede ser un factor importante para realzar los colores. Según como sea que se los ilumine, será como lucirán las diferentes gamas de colores.