Tal ves el impacto más grande del ejercicio físico de los cuerpos y en su forma de dormir es el efecto que puede tener en el estado emocional de una persona. Debido a que el estrés y la preocupación son generalmente impedimentos clave para irse a dormir, el esfuerzo para reducirlos es crítico para eliminar los síntomas que son la causa raíz del insomnio. La actividad se muestra para mejorar la confianza propia de una persona y el sentido de bienestar, ayudándole a mejorar el sentimiento de una persona y su actitud acerca de la vida. Las endorfinas naturales que son producidas cuando hacemos ejercicio nos ayudan a mejorar emocionalmente y reducen los sentimientos de tristeza y depresión. Por eso la gente que ejercita regularmente se siente mejor. Su estado emocional positivo le ayuda a dormirse más rápidamente, mientras sus niveles de fatiga corporal le permiten dormirse más profundamente y despertarse menos durante la noche.
Otro aspecto positivo que la gente que hace ejercicio regularmente trae a sus vidas y a la reducción del insomnio es la noción de un calendario. Las personas que se toman el ejercicio seriamente podrán traerlo a un régimen diario, asegurándose un tiempo disponible para esta importante tarea. Estas personas también se dan cuenta que es importante desarrollar una rutina de sueño que incluya varias horas que acompañe a la rutina de mañana. Siguiendo este calendario de sueño y levantándose a la misma hora cada mañana, aunque sea por los fines de semana, su cuerpo podrá responder desarrollando hábitos de sueño regulares. Debido a que el sueño nocturno tiende a disminuir con la edad, las personas más viejas pueden dormir mejor si se van más tarde a dormir, si se levanta más temprano o si no duerme siesta durante el día.
Las personas más viejas que experimentan problemas de sueño relacionados a la edad podrán encontrar alivio a través del uso del ejercicio regular de manera mucho más útil que utilizando cualquier tipo de drogas.