La limpieza de su casa a veces puede parecer un trabajo de tiempo completo. Una vez que finalmente termina con la última habitación, parece que tiene que comenzar de nuevo. Para terminar con este ciclo de nervios, es importante tener un plan organizado.
Comience con un sistema. El sistema más eficaz parece ser uno que le permite reducir los trabajos de limpieza a una vez por semana. Con este sistema usted podrá asignar diferentes trabajos por día y pasar menos tiempo limpiado su casa, y más tiempo relajándose en ella.
Para utilizar este sistema, es necesario descomponer los trabajos de limpieza en tres categorías, limpieza superficial, limpieza diaria y limpieza profunda. Los trabajos de limpieza superficial incluyen la eliminación del polvo, barrer, pasar la aspiradora, y la lavandería. Estos trabajos pueden hacerse una vez por semana y completados en diferentes días de la semana. Siempre programe la eliminación del polvo primero de manera de que toda la suciedad pase al piso y pueda ser recogida cuando pase la aspiradora.
Los trabajos de limpieza diarios son aquellos que deben realizarse todos los días. Estos incluyen ordenar, lavar los platos y limpiar los mostradores y otras superficies. Dedicándole por lo menos 15 minutos a estas tareas todos los días, usted evitara que se acumulen, y podrá disfrutar de una sensación de una casa limpia, aun cuando las demás tareas no se hayan completado.
Las tareas de limpieza profunda, tales como la limpieza del baño, trapear y limpiar las paredes y los aparatos, deben realizarse una vez por semana. La mayoría de la gente suele programar estas tareas para el fin de semana cuando tienen más tiempo para dedicarse a la limpieza de la casa. Pasar una hora o dos realizando la limpieza le permitirá disfrutar de una semana con su casa fresca y limpia.
Después de confeccionar su sistema, utilice una lista para asignarles tareas a todos los miembros de la familia. Si cada persona toma una o dos responsabilidades, entonces limpiar toda la casa puede tomar muy poco tiempo.