Algunas veces parece que la limpieza de la casa es una tarea que nunca termina y que consume mucho tiempo. Justo cuando pensamos que teníamos uno o dos días libres del trabajo, entonces tenemos que pasar nuestro tiempo limpiando. Sin embargo, la limpieza de la casa no tiene que consumir todo su tiempo libre. Con algunas ideas inteligentes y algunas acciones de ahorro de tiempo, puede ganar más momentos con su familia haciendo las cosas que más disfruta.

En vez de gastar un día entero o fin de semana limpiando, limpie la mitad de la casa o una parte de ella en un día. Otro día, limpie la otra mitad. Reserve una parte especial de tiempo para el ático, el sótano o el garaje. Trate limpiando las lámparas con un rodillo de pelusa. Trabaje rápida y efectivamente, para no tener que sacar la aspiradora y conectarla. Una vieja media puesta al revés sobre su mano puede servir perfectamente para limpiar el polvo.
Los diarios funcionan perfectamente para limpiar los espejos y las ventanas. No solamente estará ahorrando dinero en toallas de papel, sino que también estará reciclando creativamente al mismo tiempo. El vinagre es un limpiador efectivo y barato que puede ser utilizado en las ventanas y espejos, y si espera que llegue un día nublado para hacer esto, tendrá menos vetas. Remoje su inodoro con un limpiador especializado mientras trapea el exterior. De esta manera, la suciedad de adentro se aflojará y será más fácil de sacar. Utilice un poco de bicarbonato de sodio para limpiar el interior de la heladera. Puede ser de gran ayuda y no dañará las superficies.
Cuando empiece a cocinar, deje la canilla del lavabo abierta con agua caliente, con un poco de jabón y limpie a medida que cocina. La comida en los platos no tendrá oportunidad de endurecerse, y se habrá adelantado a la limpieza una vez que la hora de la comida haya pasado. Asegúrese de tener muchos platos de papel y cubiertos desechables a mano para aquellas noches en donde no tendrá tiempo para limpiar.