El entrenamiento de perros comienza virtualmente en el nacimiento. Los perros que son manipulados y mimados por humanos regularmente durante las primeras ocho semanas de vida son generalmente bastante más amenos a ser adiestrados y a vivir en grupos familiares humanos. Idealmente, los perritos deberían ser colocados en sus casas permanentes aproximadamente entre las 8 y 10 semanas de edad. En algunos lugares va en contra de la ley alejar a los perritos de sus madres antes de la edad de 8 semanas. Antes de esta edad, los perritos están aprendiendo enormes cantidades de habilidades de socialización de su madre. Los perritos son congénitamente más temerosos de las cosas nuevas durante el período de 10 a 12 semanas, lo cual hace más duro para ellos el adaptarse a una casa nueva.
Los perritos pueden empezar a aprender trucos y órdenes a tan corta edad como de las 8 a 12 semanas; las únicas limitaciones son el vigor del cachorro, su concentración y la coordinación física. Es mucho más fácil estar viviendo con perros jóvenes que ya han aprendido órdenes básicas como el sentarse. Esperar a que el perrito sea mucho mayor y ya haya aprendido los malos hábitos hará que el entrenamiento sea bastante más difícil.
Hay algunos entrenadores profesionales que están en desacuerdo con esta idea, en particular aquellos que entrenan perros para trabajar, perros de detección de drogas, perros policías, etc. Ellos consideran que la obediencia para el trabajo no debería iniciar hasta que el perro tenga por lo menos 1 años, o después de que el instinto de presa se halla desarrollado por completo. Estos entrenadores también piensan que la esterilización y la castración hacen daño al proceso de entrenamiento, otra vez por su impacto negativo que tiene sobre el instinto de la presa.