Este movimiento dentro de la arquitectura nace como consecuencia de la revolución industrial que produjo el agrupamiento de las fábricas conformando un nuevo paisaje que se caracterizaba por las clásicas chimeneas de estas edificaciones.
Los nuevos desarrollos tecnológicos dieron lugar al surgimiento de nuevas necesidades que hicieron indispensable la realización de nuevos diseños para lograr satisfacerlas.
Este estilo arquitectónico está fuertemente condicionado por dos factores: en primer lugar la funcionalidad tanto interior como exterior del edificio de manera tal que se maximice la eficacia del proceso de producción y en segundo lugar para asegurar el control de los operarios.
Estas combinaciones dieron lugar a los clásicos diseños fabriles que en muchos casos aun se mantienen en la actualidad.
En general, las industrias se caracterizar por requerir enormes espacios que se organizan realizando un conjunto de diferentes naves independientes adosadas. La otra opción también muy extendida es la de edificios de pisos que se circunscribe a un recinto tapiado.