Si bien el nacimiento de un bebé es una ocasión de alegría, existen algunas dudas de que la introducción de una pequeña persona a este gran mundo demanda una cantidad de trabajo que puede ser abrumadora. Sin mencionar la difícil labor ya realizada por la mitad femenina del «dúo creador de bebés», todo suma y concluye en un drenaje de tiempo y de esfuerzo. Y es por este cansancio emocional con el que no hacemos nada más que levantar nuestras manos frente a las decisiones que algunos padres toman en este momento. Como hacer cargar a nuestros seres queridos con un nombre por el que seguramente serán burlados por sus pares en algún momento de sus vidas.
Existen tantas cosas que un bebé necesita, y es solo cuando una pareja recibe al bebé que su dependencia comienza a penetrar. Es decir, usted tendrá que hacer todo por el niño – lavarlo, alimentarlo, lidiar con lo que lo ha alimentado una vez que haya salido por la otra vía. Gracias a Dios que aún no puede responder, si bien suele intentar compensar lo que le falta en vocabulario con un buen volumen.
Pero considerando la fragilidad emocional con la que los recién nacidos son recibidos por sus padres, la imposibilidad del bebé de cuantificar sus pensamientos puede que no sea de lo mejor. ¿Cuántos nuevos padres han sido inducidos a la fatiga absoluta por tomar pequeñas decisiones? ¿De verdad pensaba usted que su bebé no iba a lanzar toda esa masa de maíz ni bien se distraiga? Piénselo de esta forma, quizás brindarle un nombre ridículo a nuestro hijo sea la menor de las preocupaciones.