La mayoría de las vacunas son bastante seguras, pero a veces pueden llegar a tener efectos secundarios. Las vacunas para la leucemia felina pueden causar a veces una forma de cáncer en el sitio de la inyección. Por esta razón, los veterinarios no suelen recomendar la vacuna para los gatos que no están en riesgo. Pueden surgir tumores en los sitios de otras vacunaciones también. Estos tipos de tumores a menudo se pueden extirpar antes de que se extiendan. Si detecta un bulto en desarrollo en el lugar de la inyección, llame a su veterinario inmediatamente. Estos bultos generalmente son una simple reacción alérgica a la inyección, pero a su vez pueden llegar convertirse en un tumor, que, si se detecta a tiempo, puede ser eliminado con éxito.

El riesgo de contraer una enfermedad sin tener las vacunas es mucho mayor al riesgo de tener efectos secundarios. Al igual que con los seres humanos, las vacunas son una parte desagradable, pero necesaria para crecer sanos.