A la hora de tener peces como mascota se debe tener muy en cuenta que son seres vivos que precisan de muchos cuidados y que no pueden reinsertarse en su ambiente natural a pesar que sean devueltos al mismo. Por este motivo se debe esforzar en brindarle una pecera que imite las condiciones de vida a las que el pez por naturaleza está acostumbrado.
El primer paso consiste en determinar el lugar en donde se colocará la pecera y el tamaño que tendrá. Luego de definido esto se puede comenzar a elegir el tipo de pez que podrá vivir en ese lugar. El primer accesorio a adquirir será un sistema de aireación del agua. Las luces deben estar ubicadas por fuera de la pecera y enfocarla de manera indirecta para evitar molestar a los peces que la habitan.
En el fondo se puede colocar trozos de tronco que pueden ser naturales o artificiales, piedras, caracoles y otros elementos marinos. Si se desea colocar algas marinas se debe tener el cuidado de que su ingesta por parte de los peces no le signifiquen un riesgo para su vida.