Balance.
Cuando esté creando balance, hay dos maneras de proceder. La primera es el diseño simétrico, donde todo está perfectamente balanceado. Con el diseño simétrico deben haber dos unidades de cada objeto o debe haber un efecto de espejo que los reproduzca. Por ejemplo, puede haber una silla ubicada exactamente en opuesto que otra que es igual. Mientras que esto crea balance, también puede hacer que una habitación se vea estática y que le falte un interés visual o energía. Los diseñadores experimentados utilizan la asimetría para crear este interés. Los objetos se balancean bien debido a que son juzgados por su peso visual, no por si están en pareja o no. Por ejemplo, usted tal vez tendrá un gran sofá de un lado de la habitación que estará balanceado por dos grandes sillas con una mesa en el medio y una lámpara detrás. Estas piezas balancean visualmente el efecto del sofá, a pesar de que no tienen ni el mismo tamaño ni la misma forma. El diseño funciona porque hay balance en la asimetría de los muebles.
Contraste.
Imagine entrar en una habitación blanca que tenga alfombras blancas y muebles blancos. Sería de lo más aburrido. El contraste ayuda a mover el ojo alrededor de la habitación a través del uso inteligente del color. El buen uso del color crea una energía mientras que el uso de distintos tonos apagados de manera complementaria crea calma. Mientras más contraste pueda crear, más fácil será para el ojo humano entender el diseño que se pretende en la habitación, moviéndose visualmente de un espacio al otro, guiado por el uso del color y contraste.