Lo mejor que puede hacer es ayudar a que su bebé desarrolle una actitud en la que el sueño sea un estado disfrutable y seguro. Su hijo deberá pensar en el dormir como algo confortable que viene naturalmente. Una forma de ayudar a desarrollar esta idea es evitando interferir mucho en los hábitos de sueño del niño. Si bien puede resultar tentador hacerlo seguir pasos e implementar reglas rígidas acerca del sueño de su hijo, en muchos casos esto podrá causar problemas más adelante.
Si usted despierta o pone a dormir a su bebé en horarios fijos, podrá obtener logros en el corto plazo y conseguirá descansar un poco, pero también podría estar alterando la actitud del niño con respecto al dormir. En lugar de considerar el dormir como una actividad para disfrutar, empezará a considerarlo algo que «hay que hacer» igual que comer la cena. Si altera la actitud de su hijo con respecto al dormir de esta manera, haciendo que lo relacione más con una tarea que con una actividad a disfrutar, se arriesga a desarrollarle problemas posteriores.
En los adultos y niños más grandes que presentan problemas para dormir, los doctores suelen localizar la fuente del problema en que sus padres forzaban sus hábitos de sueño a edades muy tempranas. Por ejemplo, si de bebé el sujeto era puesto a dormir a una determinada hora, sin importar si estaba cansado o no. Si se mantiene más a tono con lo que su bebé está sintiendo y con lo que él quiere, lo ayudará a desarrollar una actitud más saludable con respecto al sueño, que beneficiará tanto a usted como a su hijo en el futuro.