Cuando esté pintando la carpintería de una habitación, comience por la parte superior y trabaje hacia abajo: las molduras del techo, las puertas y ventanas, los apoyabrazos de las sillas, luego los zócalos; evite que las rodillas de su ropa se gasten utilizando rodilleras o apoyándolas en algún almohadón. Los bordes de la carpintería a veces suelen ser curvos o muy finos, de menos de tres centímetros, dificultando la tarea de pintarlas correctamente. Los bordes verticales de las ventanas y los marcos de las puertas no solo son estrechos sino que además suelen estar en un ángulo difícil de cubrir con el pincel.
A veces es una buena idea pintar antes la carpintería que las paredes, para evitar que se pisen las capas de pintura. Le resultará más fácil pintar un borde recto junto a una pared que junto a los bordes curvos o estrechos de la carpintería. Asegúrese de proteger la pintura fresca de la carpintería cuando utilice el rodillo en las paredes. Antes de remover la pintura de la carpintería, compruebe la superficie buscando pintura con plomo antigua. El polvo producido al lijar puede transportar pintura por toda la casa, presentando posibles amenazas a la salud de los habitantes.