Mi hijo es un bebé con problemas para dormir. A lo largo de la noche a menudo se despertaba varias veces. Si se despertaba y no me encontraba cerca, comenzaba a gritar, haciendo que toda la casa entre en pánico como si algo realmente malo estuviese ocurriendo. Cuando entraba al dormitorio, él avanzaba lentamente hacia mí, y yo lo abrazaba. Luego se calmaba. El amamantamiento siempre ayudaba a volver a dormirse.
Gracias a Dios decidí amamantarlo de modo que no tuve que correr a preparar la leche maternizada en medio de la noche. Sí, decidí amamantarlo de noche, a pesar de que durante el día, lo alimentaba con leche maternizada. Tal vez el amamantamiento había creado este enlace entre nosotros. Disfruté de ello, y todavía lo hago. Esta pudo también ser la causa por la que mi hijo no quería alejarse de mí.
Si su bebé o niño tiene la misma característica que el mío, estoy segura que usted sentirá el mismo sentimiento que yo siento. Si siente enojo al escuchar el llanto de su bebé (por estar lejos de usted), solo recuerde que no durará para siempre.
La ansiedad de separación es una fase en el desarrollo de su niño durante sus primeros años de vida. Casi todos los niños pasan por esta experiencia. Lo que puedo sugerirle es que simplemente disfrute de estos momentos íntimos antes de que se hayan ido con el crecimiento de su hijo. Por lo que he escuchado de mis amigos sobre este tema, usted va a terminar extrañando los momentos. Por mi parte, incluso ahora, no quiero que esta fase desaparezca.
Espere, espere. Hay una cosa más que me gustaría compartir con usted, que no pensaría que puede hacer sentir cómodo a su niño. Recuerdo que un amigo me recomendó que si tiene que ir a algún sitio, no olvide decirle a su hijo que pronto volverá. En vez de escaparse sigilosamente de la casa, si agita mano y le dice que estará de vuelta lo calmará por alguna razón.